Hay que desarrollar hábitos saludables en el uso de las tecnologías

Nuestros hijos se sumergen en la era tecnológica con unas facilidades que nosotros no tuvimos. Desde pequeños crecen rodeados de pantallas que disparan información, sensibilizados a aquello que reacciona con tan sólo pulsar una parte del dispositivo. Aprenden a manejar móviles y tabletas sin dificultad aparente, por ensayo y error; de forma rápida saben cómo funciona el aparato.

Es curioso ver cómo se desenvuelven en Youtube con tan solo 2 años, eligiendo sus canciones favoritas o sus series de dibujos. Conforme crecen, demandan más recursos a los dispositivos, que ya no solo sirven para el entretenimiento, también para realizar las cuestiones más básicas del teléfono: llamar, mandar un mensaje o tomar fotos.

No nos sorprende el hecho de que cuando llega la adolescencia, la cual constituye una etapa sensible al mundo social y al mundo interno en cuanto a autoestima y desarrollo de la personalidad nos referimos, los niños y niñas sigan tan dependientes de la tecnología y la usen para relacionarse mediante las redes sociales o crearse un autoconcepto con ayuda de las fotos que se hacen, por ejemplo. Nos inquieta el hecho de que los efectos de exposición a las pantallas puedan afectar al desarrollo intelectual, emocional y social de nuestros pequeños.

Según una encuesta de Stress in America realizada en 2017, el 94% de los padres refieren preocuparse por la salud física y mental de los niños con respecto a la tecnología y afirman que tienen que tomar medidas para regular el uso de los dispositivos en casa.

Niños jugando en el ordenador

Debido a esta problemática que es tan recurrente en la actualidad, nos disponemos a recomendarles, estimados lectores, los siguientes puntos para desarrollar hábitos saludables en el uso de las tecnologías por sus pequeños:

  • Establecer una relación saludable con la tecnología desde edades tempranas. Enseñarles que son dispositivos que hay que cuidar y saber manejar; son caros, se pueden perder o estropear… Del mismo modo, nosotros tenemos que cuidar la privacidad y la información personal que depositamos en ellos. Es importante explicarles esto, ajustándonos al lenguaje apropiado para su edad, para que aprendan a no divulgar datos personales por Internet ni faciliten ninguna información por este medio sin nuestra supervisión.
  • Ser flexibles en el límite de uso de los dispositivos. Está claro que el principal uso que le dan nuestros niños y niñas a los móviles o tabletas es el de buscar vídeos o juegos por Internet, en este caso se recomienda ponerle un límite de horas, no más de una hora diaria y evitar su uso por la noche para respetar la calidad del sueño. De otra forma, cuando estén realizando alguna tarea escolar con el dispositivo, será mejor no ponerles límites de tiempo y esperar a que terminen correctamente sus tareas.
  • Conocer los medios de comunicación que nuestros hijos utilizan online. Restringir páginas de contenido adulto y páginas de contenido tóxico/perjudicial utilizando programas específicos para ello, así como revisar el historial de navegación para asegurarnos de que hacen un uso saludable; en caso contrario, informarles de los peligros de la red y tomar medidas.
  • Enseñarles que aún estando detrás de una pantalla hay que ser respetuoso con el resto de personas, pues se pueden dar casos de ciberacoso. Padres y profesores deben prestar atención por si detectan algún caso o conversación hiriente para ayudar a solucionar el problema. Explicarles que hay que cuidar de las personas en todos los contextos.
  • Mostrarles situaciones que de forma frecuente pueden darse en Internet y que deben saber resolver. Por ejemplo, no descargar programas desconocidos, aprender a reconocer las señales de que puede haber un virus en el dispositivo, no entrar en enlaces sospechosos, no dar información personal aunque la pidan, entrar solo en páginas seguras y conocidas.
  • Hay que dar especial importancia a las relaciones personales. La tecnología es muy útil y entretenida pero no puede suplantar a las relaciones de carne y hueso. Es por ello que debe limitarse su uso y fomentar las relaciones sociales para trabajar las habilidades sociales: salir al parque a jugar, ir a comer un helado, ir a casa de amistades…
  • Predicar con el ejemplo. ¿Qué tal si en vez de coger el móvil, nos ponemos a disfrutar de un buen libro para que nuestro pequeño lo vea como un hábito frecuente? ¿O charlamos un poco sobre nuestro día o las dificultades que hemos encontrado?
  • Si queremos consultar los teléfonos, tanto nosotros como ellos, respetaremos las comidas, desayunos y cenas, hora de dormir y los momentos en el coche. Estos periodos deben estar dedicados a charlas cotidianas, sin ser interrumpidas por la tecnología (teléfonos, tabletas, televisión) para promover conocimientos y conversaciones interesantes de las que puedan nutrirse nuestros hijos.
  • No hay que rellenar todo el tiempo con “algo que hacer”. En ocasiones, cuando los niños son pequeños, algunos momentos de aburrimiento pueden ser una gran ocasión para desarrollar la creatividad y la imaginación de forma espontánea.
  • Establecer reglas. Antes de utilizar la tableta o el móvil, deben cumplir con las responsabilidades propias para su edad, ya sea hacer los deberes, la cama o quitar la mesa. De esta forma desarrollan su sentido del deber, aprenden a autorregular su comportamiento y se relacionan con sus educadores a través de normas no arbitrarías.
  • Por último, ¿qué tal si establecemos con nuestro/a hijo/a una especie de contrato? Mediante el mismo podemos reflejar todo lo mencionado anteriormente, así como llegar a un acuerdo de las horas que nuestro pequeño invertirá en la tecnología. De este modo todo quedará por escrito y las normas se podrán seguir con mayor facilidad.

Concluimos que la tecnología es beneficiosa siempre y cuando se sepa cómo usarla, en qué momentos y para qué fines. Nosotros, adultos y modelos para los más pequeños, deberemos ser quienes les muestren todo esto de la forma más natural. Nuestros hijos tendrán unas buenas guías en las que fijarse para aprender a comportarse frente a la tecnología, desarrollando sus aspectos sociales y emocionales de una manera más saludable.

Autora: Ruth Suria Cobos

Referencias:

El uso excesivo que hacen los padres de los teléfonos móviles afecta al desarrollo de sus hijos
Cómo promover el uso saludable de la tecnología en los niños, según la APA
Stress in America: Stress and Generation Z

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