Algo que sea enriquecedor para su educación

Después de pasar las Navidades, y con ellas el esperado día de los Reyes Magos para los más pequeños de la casa, es común preguntarse si hemos escogido bien qué regalar a nuestros hijos. Qué sorpresa hubiese sido más beneficiosa para nuestro hijo, teniendo en cuenta aquello que le hubiese gustado más, pero que sea enriquecedor para su educación, que promueva su curiosidad, pero que no se canse de ello, que despierte su intelecto, sin dejar de ser algo divertido y ameno…

Son muchos los factores a tener en cuenta, y hay que, además, sumarle la gran competencia en la industria de la juguetería, con tanta diversidad de juguetes y juegos. La indecisión no viene de qué regalarle, puesto que los pequeños casi siempre se encargan de hacer mención a su juguete “favorito” o “qué le han pedido a los reyes”. La indecisión procede de si ese particular juguete será apropiado para él o ella, si le estimulará adecuadamente sin promover la agresividad o enfatizar otras posibles características negativas, como el sedentarismo (en caso de la tecnología como tablets o móviles), el no seguir una alimentación sana (como las cocinitas para elaborar algodón de azúcar o gofres caseros) la agresividad (en caso de juegos digitales con altos niveles de violencia) …

Y es que, hoy día, se buscan juguetes con valores positivos y educativos, considerando la petición de los pequeños, muy condicionados por la publicidad y las modas.

Así mismo, los niños han evolucionado en sus formas de juego, y no son las mismas que antaño: se interesan por productos más sofisticados, piden e influyen mucho en las compras familiares, tienen un alto poder de negociación, su tiempo libre dedicado al juego es menor, usan la tecnología desde muy pequeños, el juego se ha vuelto más individual y sedentario…

Para ello sugerimos unos consejos que deben de reunir esos juguetes para que resulten más educativos e integren valores positivos:

  • Juegos que faciliten el aprendizaje de conceptos: libros de palabras o juegos como el scrabble.
  • Juegos que promuevan la creatividad: cuadernos de pintar, libros de manualidades, fichas de lego, el Pictionary
  • Juegos que fomenten la relajación: cuadernos para dibujar mandalas, juguetes con música adaptada a la edad…
  • Juegos que promuevan el ingenio: juegos de mesa, los puzles, juegos de razonamiento, el quién es quién, el tres en raya…
  • Juegos y juguetes que favorezcan el ejercicio físico: una bici, unos patines, un balón…

Además, sumamos a estos consejos, la gran recomendación sobre los regalos de reyes de Eugenia Piñero, psicóloga clínica y profesora de psicología de la Universidad de Murcia. Eugenia explica lo que ella denomina “La regla de los 4 regalos”, compuestos por:

  1. Algo que le haga mucha ilusión: esto cubrirá el aspecto motivacional del niño.
  2. Algo de lectura: para estimular el aspecto intelectual.
  3. Algo que ponerse: este regalo representará la utilidad.
  4. Algo que le haga falta: con esto cubriremos una necesidad.

Hay que remarcar que, al jugar, los niños deben sentirse libres para hacer aquello que de verdad les entusiasma, además, deben poder divertirse y desahogar el posible estrés del día en un ambiente relajado y cómodo. Aunque también, el tiempo de juego es nuestra oportunidad de intentar un mayor acercamiento hacia nuestros hijos y así poder reforzar los vínculos afectivos, estrechando lazos con la familia, ya sea con abuelos, primos o hermanos, a parte de nosotros, los padres.

Reyes regalos juguetes

 

La interacción familiar que se produce a través del juego es sana y muy valiosa para nuestros pequeños, ya que podemos estimular de forma divertida y conjunta aspectos como:

  • Su creatividad, fantasía y desarrollo artístico.
  • Enseñarles pautas de socialización adecuadas.
  • Conseguir una mejora de la comunicación con ellos.
  • Aprender a expresar emociones y sentimientos de forma natural.
  • Ganar confianza consigo mismos y con nosotros.
  • Desarrollar su autoestima.
  • Aprender a cooperar con los otros.
  • Ser tolerantes y asertivos.
  • Ser empáticos y saber ponerse en el lugar del otro.
  • Aprender a aceptar una derrota y superar los fracasos.
  • Ser buenos jugadores cuando ganan y, en el otro caso, felicitar a los ganadores.
  • Adquirir valores igualitarios para superar los criterios sexistas.
  • Fomentar valores como la inclusión y la diversidad.

Todo esto se consigue gracias al juego compartido. Es importante que los niños sepan jugar solos pero, más significativo para su desarrollo, físico, cognitivo, lingüístico y emocional, será que aprendan a jugar acompañados, con sus hermanos o amigos, o con su papá o mamá.

De esta forma multiplicaremos los beneficios que produce el juego sobre los pequeños, ya que nosotros, como modelos para ellos, podemos dirigir el juego hacia donde creamos más conveniente, reforzando aquel comportamiento que consideramos positivo, mostrándoles qué haríamos nosotros en su lugar y enseñarles así un juego saludable y rico en sabidurías que contribuirán a convertir al niño en una persona íntegra y con buenos valores.

Autora: Ruth Suria Cobos – PSICÓLOGA

Fotografías de Markus Spiske y Daniel Cheung